En aquel año, 169.000 personas dejaron el municipio en el que residían hasta entonces mientras que en 2001 la cifra se redujo a 96.000 .
La principal conclusión del estudio, presentado esta semana en Barcelona es que no existe una correlación clara entre paro e inmigración, ya que las comunidades autónomas con mayor tasa de paro no son a la vez las que más tasa de inmigración registran.
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